Imagen satelital: ciudad de Kuwait, 1000x665, tomada por la NASA en 2014.

Bienvenid@s a esta nueva clase, en la que comenzamos a transitar la 3° unidad del programa: “Territorios urbanizados”. Aquí, la ciudad, lo urbano, se nos impone como territorio de indagación y conceptualización, y nos invita re-significar nuestras representaciones sobre el espacio en el cual desarrollamos nuestra vida cotidiana.

Pensar la ciudad es adentrarse en un complejo de relaciones que nos atraviesa, constituye y trasciende, que excede la mera concentración de objetos y acciones en el espacio, puesto que implica entrar en las formas de configuración de la cultura. Así, la ciudad se transforma en espacio de experiencia que exhibe los acuerdos y desacuerdos, las posibilidades y clausuras, los poderes y resistencias que en el devenir de los tiempos han marcado nuestras formas de estar, de sentir y de pensar en función de otros. Por ello, conocer la ciudad es aproximarse a develar los misterios que se esconden detrás de cada edificación, de cada calle, de cada plaza, de cada esquina, detrás de cada acción individual y/o colectiva, que sintetiza los anhelos, intereses y posicionamientos, que da cuenta de las luchas y conflictos que le son propias y la identifican.

En este sentido, la ciudad es el lugar donde se crean nuestras ideas del mundo, por eso, la cultura urbana excede los límites físicos y penetra en otros territorios, conformando identidades que se modifican en función de los cambios que se viven en ella. Qué comemos, qué vestimos,  cuáles son nuestros entretenimientos o nuestras formas de trabajo tienen que ver con cuestiones que expresan la vida urbana, más allá que se desarrollen en medios rurales. De este modo, la ciudad inunda con su existencia y nos convierte en sujetos urbanizados.

En los territorios urbanizados se sintetizan paralelamente las herencias y el presente, las relaciones históricas con la naturaleza y las técnicas, las escalas locales y globales, junto a las experiencias que devienen de esas imbricaciones. Por eso, acercarse a esta complejidad se postula como desafío, que nos convoca a buscar formas de enseñanza que otorguen a este concepto la centralidad dentro de nuestras propuestas de trabajo en las aulas, o fuera de ellas.

En esta perspectiva, es que les proponemos la lectura de algunos capítulos del libro de Silvia Alderoqui: “Paseos urbanos”, que se encuentra en la carpeta de bibliografía, dentro de la unidad 3. En el mismo, la autora nos acerca a la potencia pedagógica de los viajes por la propia ciudad. Éstos como práctica de enseñanza se convierten en una posibilidad de descubrimiento y sorpresa que transforma lo cotidiano en objeto de estudio y lleva a dar nuevos sentidos a lo conocido. En estos recorridos la mirada atenta, el silencio, las pausas y el extrañamiento se convierten en los puntos de acceso a nuevas formas de significar lo urbano, que permiten encontrar aquello que se esconde detrás de las apariencias observables. 

De este modo, Alderoqui nos lleva a transformarnos en extranjeros dentro de nuestras ciudades, para encontrar en ellas interrogantes que nos movilicen a buscar respuestas, que nos posicionan como exploradores atentos a los detalles, a las deducciones, a las historias y los recuerdos. Recuperar sus personajes, revisitar los espacios, reconocer las obras artísticas que nacieron en la efervescencia de sus interrelaciones y dotarlas de significados históricos y actuales, se convierten en claves interesantes para iniciar el viaje y arriesgarse a lo desconocido, que espera ser develado.

La invitación está realizada, esperamos que la lectura y las ideas que surjan de ella se conviertan en prácticas concretas, que puedan favorecer y enriquecer los aprendizajes sobre las ciudades que habitamos y nos habitan.

Seguimos pensando junt@s… Diego y Eugenia